domingo, 12 de febrero de 2012

Ribas: Religiosidad y Fusil



A propósito de la Batalla de la Victoria, Estado Aragua, por la independencia venezolana, llevada a cabo el 12 de Febrero 1814, donde el general José Félix Ribas con su lugarteniente Vicente Campo Elías, se enfrentaron a los realistas Francisco Tomás Morales y al coronel José Tomás Boves, llamado el azote del cielo, y su ejercito legión infernal, los primeros con unos 1.500 hombres contra 2.500 españoles.

Un hecho destacable en esta operación, es que estuvo compuesta por un pequeño grupo de tropa regular, jóvenes inexpertos universitarios y seminaristas, que se enfrentaron a un ejército experimentado. A todas luces, es una mezcla de tropa irregular y usualmente no vista.

Deseamos destacar el papel de 85 seminaristas, quienes eran del Colegio-Seminario de Caracas - Santa Rosa de Lima, y persuadidos por Ribas, cambian su porte seminarístico por un fusil. ¿Qué animó a estos religiosos a embarcarse en esta aventura?, parece ser el amor a Dios y a la Patria y su grandiosa valentía.   

Cómo convenció y reclutó Ribas a los seminaristas? Quizás ayudó a ésta persuasión el hecho que José Félix Ribas fue en algún momento de su vida, alumno del Seminario y hermano mayor del Doctor en teología y presbítero Francisco José Ribas.  Sin duda alguna, su pasado seminarista y su relación con su hermano teólogo, le hacían muy cercano a éstos jóvenes, cómo para persuadirlos y saber cómo hablarles.

Parte de la arenga teológica y profética de Ribas hacia los adolescentes fue…lo que tanto hemos deseado va a realizarse hoy: he ahí a Boves. Cinco veces mayor es el ejército que trae a combatirnos; pero aún me parece escaso para disputarnos la victoria. Defendéis del furor de los tiranos la vida de vuestros hijos, el honor de vuestras esposas, el suelo de la patria; mostradles vuestra omnipotencia. En esta jornada que va a ser memorable, ni aun podemos optar entre vencer o morir: ¡necesario es vencer! ¡Viva la República!.    

Esta Batalla y todas sus circunstancias, en lenguaje poético y teológico, parece representar una lucha entre el bien y el mal.   

Articulo: José Amesty
Fuente: CBCR