lunes, 5 de marzo de 2012

PCV: 81 años de laldad al pueblo venezolano


 
Seguimos luchando por la Liberación Nacional y el Socialismo

Carlos Marx y Federico Engels redactan el Manifiesto del Partido Comunista (1848), donde plantean como objetivo fundamental de la clase explotada (el proletariado) emanciparse de la clase que lo oprime (la burguesía), al mismo tiempo que la sociedad entera se emancipa de la explotación y la opresión, mediante la lucha de clases.

V.I. Lenin, dirigente del Partido bolchevique de Rusia, ideó y elaboró toda una teoría para la creación de un Partido proletario revolucionario; un Partido diferente a los socialdemócratas reformistas de la II Internacional.

Atribuyó una importancia fundamental a la unidad orgánica de este nuevo Partido, pues no podría cumplir su papel de vanguardia si no es la fuerza organizada de la clase obrera. “Para lograrlo, el Partido debe mantener su cohesión por medio de la unidad de voluntad de acción y poseer una disciplina que deben observar rigurosamente, en la misma, los dirigentes y militantes de base”.

En la organización de este Partido, Lenin precisó un papel importantísimo al centralismo-democrático. El partido debe estructurarse de manera tal que cada organización y cada miembro actúen de acuerdo a un plan único. El Partido debe tener un solo Programa y unos Estatutos únicos, obligatorios para todas sus organizaciones y miembros. En el Partido hay una sola disciplina: la minoría se somete a la mayoría.

La dirección del Partido debe tener un carácter colectivo. Lenin sostenía que ésta, en todos sus eslabones, de abajo hacia arriba, debe ser colectiva, o sea, apoyarse en la teoría marxista, en la iniciativa y experiencia de los cuadros del Partido y las amplias masas. Esta dirección colectiva permite la manifestación de iniciativas de cada uno, aportando criterios y experiencias enriquecedoras, para resolver los asuntos, después de oír la opinión de la mayoría. Esta participación de las masas disminuye la influencia de circunstancias casuales y personales en la toma de decisiones.

El centralismo-democrático otorga importancia fundamental a la crítica y la autocrítica para el examen de los diversos aspectos políticos del Partido, como arma siempre presta e instrumento imprescindible para descubrir y eliminar defectos.

Breves antecedentes

Los acontecimientos internacionales que se dieron en la década de los años veinte inciden en el desarrollo político de nuestro país, el cual, para el momento, estaba sometido al régimen de represión de la tiranía de Juan Vicente Gómez.

La victoria lograda con la Revolución Socialista de Octubre, que derrocó al zarismo y estableció un gobierno de la clase obrera en Rusia, generó un influjo mundial, llegando a Venezuela matizada por el aislamiento generado por la tiranía y por el desarrollo nacional del capitalismo por la explotación del petróleo.

Surgieron tres vertientes revolucionarias que, al confluir, habrían de generar al Partido Comunista de Venezuela.

Estas vertientes están mayormente explicadas en el libro de Fernando Key Sánchez sobre la Fundación del PCV, identificadas como: la obrera y popular, integrada por el proletariado que se comenzaba a desarrollar en el país; la de los exiliados antigomecistas devenidos en comunistas en el exterior; y, la originada en los sectores de las capas medias radicalizadas a partir de los movimientos de 1928-29.

“Fue solamente en las bóvedas del Castillo de Puerto Cabello, entre marzo y noviembre de 1929, mediante las enseñanzas de Pío Tamayo y la lectura de algunos libros revolucionarios, cuando un sector radicalizado de los estudiantes del 28 comenzamos a tener ideas más claras acerca de la explotación capitalista e imperialista, de la organización del proletariado para la toma del poder, de la necesaria destrucción del capitalismo y construcción del socialismo; acerca de los objetivos inmediatos y mediatos de un Partido Comunista” [i].

Se constituyeron tres grupos: “Lecciones obreras”, integrado por Rodolfo Quintero, Kotepa Delgado, Juan B. Fuenmayor, Ángel Márquez, Pedro Juliac, Fernando Key Sánchez y otros; el grupo “Pomposo PCV”, encabezado por Raúl Osorio y Víctor García Maldonado, que logró agrupar a más de 30 personas y editó “Lo que todo obrero debe saber”; y, los grupos de las plazas Baralt y Urdaneta, en Maracaibo, donde, bajo condiciones similares a las del centro del país, aparecieron estos núcleos con la participación de Isidro Valles, Elio Montiel, Olga Luzardo, Espartaco González y Eduardo Arcila Farías, entre otros.

Nace el PCV

“En enero de 1.931 llega a Caracas Aurelio Fortoul, militante del PC Francés, enviado por el grupo de comunistas venezolanos en París y por el Buró del Caribe de la Internacional Comunista. Poco después llega Mariano Fortoul, militante del PC de Estados Unidos. Ambos traían la misión de construir el PCV” [ii].

Ellos establecieron relaciones con el grupo “Pomposo” y decidieron constituir la primera célula el 5 de marzo de 1.931. Para el 6 de abril estaban creadas seis células y el Comité Radial, cuyo secretario era Ramón Abad (Temístocles) y el tesorero Roberto Maggi (David). Continuó creciendo el número de células, así como de comités sub radio y se procedió a formar fracciones en las sociedades gremiales.

El 1° de Mayo de 1.931 circuló impreso el primer Manifiesto del Partido que representaba la sección venezolana de la Internacional Comunista. Al respecto, dice Hemmy Croes: “Aquel documento se tituló ‘Manifiesto del Partido Comunista al pueblo trabajador’ y llevaba como antetítulo ‘La lucha por el pan y la tierra’” [iii]. Su aparición generó una ola de represión en la que varios afiliados cayeron presos. “El 29 de mayo, a causa de la imprudencia de un afiliado y la acción de un ganapán delator, fue localizado el sitio donde se dictaban los cursillos y fueron apresados por la policía gomecista 10 integrantes directivos de la organización existente” [iv].

Este golpe a la dirigencia del movimiento generó una desorganización general. Posteriormente, en agosto del 31, se establecieron nuevos contactos entre Rodolfo Quintero, Ángel Márquez y Fernando Key Sánchez para reestructurar el PCV y acordaron constituir el “Comité Organizador”.

“Para 1932 estaban organizados unos 300 militantes en células y se tenían unos 600 simpatizantes en ‘grupos de prueba’ (...) Para febrero de 1932 se convoca y efectúa una Conferencia Regional, con unos treinta delegados, que crea un Comité Central Provisional” [v].

Constancia y compromiso

Se precisarían innumerables páginas, no sólo para intentar dar alguna cercana idea de los sacrificios que significaron crear e impulsar la organización comunista –en medio de la más feroz clandestinidad y persecución–, sino para reseñar ocho décadas de luchas y combates, de torturas, desapariciones y asesinatos, de avances revolucionarios, de reveses, de errores y aciertos.

Pero, el Partido Comunista de Venezuela, durante sus ya 81 años, ha sido siempre un Partido revolucionario, que siempre ha sido, y será, leal al marxismo-leninismo, a la revolución socialista, al internacionalismo proletario, a la lucha contra la dominación de los monopolios imperialistas norteamericanos, y a la conquista para nuestro pueblo de libertad, democracia y bienestar.

Notas:

[i] Key Sánchez, Fernando. Fundación del Partido Comunista de Venezuela. Caracas, Fondo Editorial Carlos Aponte, 1980. p. 6.
[ii] Ibid. p. 10.
[iii] Croes, Hemmy. El movimiento obrero venezolano (elementos para su historia). Caracas, Ediciones Movimiento Obrero,1973,  p. 65.
[iv] Key Sánchez, F. OP. Cit. p. 16.
[v] Ibid. p. 20.

Articulo: Tribuna Popular
Fuente: PCV Venezuela
www.pcv-venezuela.org