De Antonio José de Sucre, “en general se
acepta que fue un gran militar”, pero “solo algunos destacan la vigencia de su
pensamiento y su obra en la construcción de una sociedad nueva”, cónsona con
“los valores y principios que practicó a lo largo de su corta y fructífera
vida”.
Así lo manifestó el historiador y profesor
de la Universidad Bolivariana de Venezuela José Gregorio Linares, con motivo de
cumplirse hoy 220 años del nacimiento del Gran Mariscal de Ayacucho.
Linares subrayó que Hugo Chávez fue uno de
los pocos que rescató la visión del prócer cumanés. Y citó a las palabras del
Comandante: “Sucre se enfrentó a los detentadores de la gran propiedad, a los
dueños de las minas, a los latifundistas, a los clérigos antipueblo, a los
funcionarios indolentes. Respaldó a los trabajadores, protegió a los indígenas,
promovió la libertad de los esclavos, ayudó a los más pobres”.
“Cuando Chávez proclama el árbol de las
tres raíces no pretende excluir a otras figuras históricas que son también
fuente y parte de nuestro socialismo, sino que representa un crisol de líderes
desde la perspectiva de los pueblos que buscan en el socialismo una vía hacia
la justicia y la paz, y entre ellos brilla Antonio José de Sucre”, aseguró.
SENSIBILIDAD Y SOLIDARIDAD
El historiador recalcó que las enseñanzas
de Sucre derivan de numerosos acontecimientos en los que demostró “sus
avanzadas ideas”. Ideas que se expresaban en “su identificación con los
humildes, su impulso al respeto de los derechos humanos y sus sentimientos
nuestroamericanos, que lo llevan a ser un gran promotor del internacionalismo”.
Manifestó que “uno de los rasgos más
resaltantes de la personalidad de Sucre es su sensibilidad frente a los
problemas de los más humildes: “Sucre es un modelo de solidaridad, pues fue
sensible frente a los problemas de quienes requerían ayuda y protección, ponía
toda su energía en servir a la patria y a los necesitados, y en fustigar a
quienes no cumplían con este mandato, indispensable para el impulso del
socialismo en Nuestra América”.
En su Resumen sucinto de la vida del
general Sucre el Libertador le caracterizó en pocos trazos: “Para el general
Sucre todo sacrificio por la humanidad y por la patria le parece glorioso.
Ninguna atención bondadosa es indigna de su corazón”, citó Linares.
ADVERSARIO DE LA ESCLAVITUD
El profesor Linares aseveró que como Presidente
de Bolivia, “Sucre se opuso al acaparamiento de minas por parte de los
monopolios y en el decreto del 7 de febrero de 1826 estableció la eliminación
de los impuestos para alimentos de primera necesidad, a fin de ayudar a la
economía de los más humildes”. Además, prohibió la usurpación de las tierras
indígenas y se planteó el rescate de la propiedad comunal:
“En lo que respecta a la propiedad de la
tierra, estableció las normas que debían cumplir los indígenas para solicitar
la dotación o consolidación de sus terrenos y, señaló de manera terminante que
‘el indígena que quiera adquirir en perpetuidad los terrenos que hoy ocupa y
otros baldíos, solo deberá pedirlos por escrito ante el Gobernador de su
provincia”, explicó.
Subrayó que El Mariscal también dispuso una
serie de medidas en relación con los indígenas, entre otras, la prohibición, en
1826, de obligarlos a pagar las fiestas religiosas.
“Firmó un documento para acabar con el
trabajo gratuito a que eran sometidos los indígenas”, detalló. Y comentó que
“siguiendo la práctica de Bolívar del pago del trabajo en dinero, el 11de enero
de 1825 dictó la orden suprema por la cual dispuso que ‘el soldado que ocupe a
cualquier indio, sea en lo que fuese, sin pagarle, será castigado con 200
palos’, enérgica medida que mostraba la decisión con que se quería aplicar el
nuevo régimen de justicia en la producción”.
REFORMA DEL SISTEMA PENITENCIARIO Y JUDICIAL
El historiador citó un sentencia que Sucre
escribió el 1° de marzo de 1825: “Cuando la América ha derramado su sangre por
afianzar su libertad, entendía también que lo hacía por la justicia, compañera
inseparable”. En ese sentido, señaló que propuso la reforma del sistema de
administración de justicia.
“Se preocupó por acelerar los procesos
judiciales y aplicar la reforma penitenciaria de modo que nadie fuese privado
de libertad más tiempo del que en justicia le correspondía, además incorporó el
trabajo al proceso de reeducación de los ciudadanos que se hallaban en
prisión”, comentó. Y destacó como “una medida verdaderamente revolucionaria” la
instauración del aprendizaje y ejercicio de trabajos manuales en las cárceles,
“aunada a la venta de la mercancía para provecho del reo y beneficio de la
institución”.
“Estas medidas tienen plena vigencia y
mucho aportan en el diseño de políticas públicas dirigidas a hacer justicia en
las naciones que se enrumban hacia el socialismo”, enfatizó Linares.
DEFENSA DE LOS DERECHOS HUMANOS
Linares no duda en asevera que “Sucre fue
uno de los pioneros en la defensa de los derechos humanos. De su nobleza
debemos aprender. Con razón Bolívar escribió su biografía y llegó a afirmar de
él: “Como soldado fuiste la Victoria. Como magistrado, la Justicia. Como
vencedor, la Clemencia. Como ciudadano, el Patriotismo. Como amigo, la
Lealtad”.
Relató que desde muy joven, Sucre “había
vivido en carne propia la ferocidad de la contienda, pues la mayoría de sus
hermanos y muchos de sus familiares habían muerto a manos del enemigo”. Pero “a
pesar de ello, posteriormente, como militar victorioso, su conducta estuvo
siempre apegada a la defensa incondicional de los derechos humanos de todos:
partidarios y enemigos.’La victoria no da derechos”, afirmaba”.
Contó que durante la Guerra de
Independencia, por mandato del Libertador, redactó el Tratado de Regulación de
la Guerra de 1820, que “era marcadamente cruenta, y sanguinarios los métodos
que se venían empleando por parte de ambos bandos”. En vista de ello,
“estableció unas condiciones que respetaban la dignidad humana”.
Bajo el mandato de que la guerra debía
hacerse “como la hacen los pueblos civilizados”, fijó normas como que “todo
militar tomado en el campo de batalla será respetado hasta lograr su canje; los
heridos no serán prisioneros de guerra; los militares o empleados que hayan
desertado de sus banderas no pueden ser castigados con pena capital”.
“El pacto fue tan humanitario”, que el
Libertador afirmó: “Este Tratado es digno del alma del General Sucre: la
benignidad, la clemencia, el genio de la beneficencia lo dictaron; él será
eterno como el más bello monumento de la piedad aplicada a la guerra; él será
eterno como el nombre del vencedor de Ayacucho”.
Al evocar estas palabras, Linares comentó
que “el espíritu que animó a Sucre redactar este pacto fue el que resguardó
Sucre en las sucesivas batallas en las que combatió y triunfó, por eso la mejor
manera de recordarlo es respetar los derechos humanos tal como él lo hizo y también
por eso los socialistas bolivarianos hemos asumido este legado”.
PROMOTOR DEL INTERNACIONALISMO
La actitud del Gran Mariscal de Ayacucho
con respecto a a las naciones nuestroamericanas fue de sumo respeto, destacpo
Libnares. Y citó uno de sus escritos a modo de ejemplo:
“Nuestros ejércitos independentistas
practicaron el respeto por las naciones y pueblos que liberaban. Preferiría mil
muertes antes que por mí se introdujese en América el ominoso derecho del más
fuerte; que ningún pueblo americano dé el abominable ejemplo de intervención…
jamás se ultraja impunemente a una nación”, citó el profesor Linares.
El texto corresponde a una carta enviada al
general peruano Agustín Gamarra, el 10 de mayo de 1828. Y 19 de octubre de 1825
en un brindis con representantes argentinos, expresó: “El ejército unido
combatiendo por la libertad, por la justicia de la América en su lucha, y por
la causa de la humanidad ha marchado por una carrera de gloria y hoy goza por
premio de sus sacrificios, de la más sublime recompensa: la admiración de los
hombres, las bendiciones de los pueblos”.
“Una vez concluida militarmente la
emancipación del continente americano del colonialismo español, Sucre se
plantea, al parecer antes que el mismo Bolívar, liberar Cuba y Puerto Rico, las
dos islas que aún estaban sometidas al Imperio Español”, añadió.
Además, recordó, “firme en la defensa
militar de la ‘América toda’, dio instrucciones a los Comisionados que asisten
al Congreso de Panamá para solicitar la formación de un ejército de 25.000
hombres y de una escuadra federal de 30 buques de guerra con el objetivo
primordial de defender cualquier punto débil de los aliados y expedicionar
contra los adversarios que no hicieran la paz con los confederados”.
Artìculo: Mercedes Aguilar
Fuente: Correo del Orinoco