martes, 3 de febrero de 2015

La mejor forma de honrar a Sucre es respetar los derechos humanos como el los respetó


De Antonio José de Sucre, “en general se acepta que fue un gran militar”, pero “solo algunos destacan la vigencia de su pensamiento y su obra en la construcción de una sociedad nueva”, cónsona con “los valores y principios que practicó a lo largo de su corta y fructífera vida”.

Así lo manifestó el historiador y profesor de la Universidad Bolivariana de Venezuela José Gregorio Linares, con motivo de cumplirse hoy 220 años del nacimiento del Gran Mariscal de Ayacucho.

Linares subrayó que Hugo Chávez fue uno de los pocos que rescató la visión del prócer cumanés. Y citó a las palabras del Comandante: “Sucre se enfrentó a los detentadores de la gran propiedad, a los dueños de las minas, a los latifundistas, a los clérigos antipueblo, a los funcionarios indolentes. Respaldó a los trabajadores, protegió a los indígenas, promovió la libertad de los esclavos, ayudó a los más pobres”.

“Cuando Chávez proclama el árbol de las tres raíces no pretende excluir a otras figuras históricas que son también fuente y parte de nuestro socialismo, sino que representa un crisol de líderes desde la perspectiva de los pueblos que buscan en el socialismo una vía hacia la justicia y la paz, y entre ellos brilla Antonio José de Sucre”, aseguró.

SENSIBILIDAD Y SOLIDARIDAD

El historiador recalcó que las enseñanzas de Sucre derivan de numerosos acontecimientos en los que demostró “sus avanzadas ideas”. Ideas que se expresaban en “su identificación con los humildes, su impulso al respeto de los derechos humanos y sus sentimientos nuestroamericanos, que lo llevan a ser un gran promotor del internacionalismo”.

Manifestó que “uno de los rasgos más resaltantes de la personalidad de Sucre es su sensibilidad frente a los problemas de los más humildes: “Sucre es un modelo de solidaridad, pues fue sensible frente a los problemas de quienes requerían ayuda y protección, ponía toda su energía en servir a la patria y a los necesitados, y en fustigar a quienes no cumplían con este mandato, indispensable para el impulso del socialismo en Nuestra América”.

En su Resumen sucinto de la vida del general Sucre el Libertador le caracterizó en pocos trazos: “Para el general Sucre todo sacrificio por la humanidad y por la patria le parece glorioso. Ninguna atención bondadosa es indigna de su corazón”, citó Linares.

ADVERSARIO DE LA ESCLAVITUD

El profesor Linares aseveró que como Presidente de Bolivia, “Sucre se opuso al acaparamiento de minas por parte de los monopolios y en el decreto del 7 de febrero de 1826 estableció la eliminación de los impuestos para alimentos de primera necesidad, a fin de ayudar a la economía de los más humildes”. Además, prohibió la usurpación de las tierras indígenas y se planteó el rescate de la propiedad comunal:

“En lo que respecta a la propiedad de la tierra, estableció las normas que debían cumplir los indígenas para solicitar la dotación o consolidación de sus terrenos y, señaló de manera terminante que ‘el indígena que quiera adquirir en perpetuidad los terrenos que hoy ocupa y otros baldíos, solo deberá pedirlos por escrito ante el Gobernador de su provincia”, explicó.

Subrayó que El Mariscal también dispuso una serie de medidas en relación con los indígenas, entre otras, la prohibición, en 1826, de obligarlos a pagar las fiestas religiosas.

“Firmó un documento para acabar con el trabajo gratuito a que eran sometidos los indígenas”, detalló. Y comentó que “siguiendo la práctica de Bolívar del pago del trabajo en dinero, el 11de enero de 1825 dictó la orden suprema por la cual dispuso que ‘el soldado que ocupe a cualquier indio, sea en lo que fuese, sin pagarle, será castigado con 200 palos’, enérgica medida que mostraba la decisión con que se quería aplicar el nuevo régimen de justicia en la producción”.

REFORMA DEL SISTEMA PENITENCIARIO Y JUDICIAL

El historiador citó un sentencia que Sucre escribió el 1° de marzo de 1825: “Cuando la América ha derramado su sangre por afianzar su libertad, entendía también que lo hacía por la justicia, compañera inseparable”. En ese sentido, señaló que propuso la reforma del sistema de administración de justicia.

“Se preocupó por acelerar los procesos judiciales y aplicar la reforma penitenciaria de modo que nadie fuese privado de libertad más tiempo del que en justicia le correspondía, además incorporó el trabajo al proceso de reeducación de los ciudadanos que se hallaban en prisión”, comentó. Y destacó como “una medida verdaderamente revolucionaria” la instauración del aprendizaje y ejercicio de trabajos manuales en las cárceles, “aunada a la venta de la mercancía para provecho del reo y beneficio de la institución”.

“Estas medidas tienen plena vigencia y mucho aportan en el diseño de políticas públicas dirigidas a hacer justicia en las naciones que se enrumban hacia el socialismo”, enfatizó Linares.

DEFENSA DE LOS DERECHOS HUMANOS

Linares no duda en asevera que “Sucre fue uno de los pioneros en la defensa de los derechos humanos. De su nobleza debemos aprender. Con razón Bolívar escribió su biografía y llegó a afirmar de él: “Como soldado fuiste la Victoria. Como magistrado, la Justicia. Como vencedor, la Clemencia. Como ciudadano, el Patriotismo. Como amigo, la Lealtad”.

Relató que desde muy joven, Sucre “había vivido en carne propia la ferocidad de la contienda, pues la mayoría de sus hermanos y muchos de sus familiares habían muerto a manos del enemigo”. Pero “a pesar de ello, posteriormente, como militar victorioso, su conducta estuvo siempre apegada a la defensa incondicional de los derechos humanos de todos: partidarios y enemigos.’La victoria no da derechos”, afirmaba”.

Contó que durante la Guerra de Independencia, por mandato del Libertador, redactó el Tratado de Regulación de la Guerra de 1820, que “era marcadamente cruenta, y sanguinarios los métodos que se venían empleando por parte de ambos bandos”. En vista de ello, “estableció unas condiciones que respetaban la dignidad humana”.

Bajo el mandato de que la guerra debía hacerse “como la hacen los pueblos civilizados”, fijó normas como que “todo militar tomado en el campo de batalla será respetado hasta lograr su canje; los heridos no serán prisioneros de guerra; los militares o empleados que hayan desertado de sus banderas no pueden ser castigados con pena capital”.

“El pacto fue tan humanitario”, que el Libertador afirmó: “Este Tratado es digno del alma del General Sucre: la benignidad, la clemencia, el genio de la beneficencia lo dictaron; él será eterno como el más bello monumento de la piedad aplicada a la guerra; él será eterno como el nombre del vencedor de Ayacucho”.

Al evocar estas palabras, Linares comentó que “el espíritu que animó a Sucre redactar este pacto fue el que resguardó Sucre en las sucesivas batallas en las que combatió y triunfó, por eso la mejor manera de recordarlo es respetar los derechos humanos tal como él lo hizo y también por eso los socialistas bolivarianos hemos asumido este legado”.

PROMOTOR DEL INTERNACIONALISMO

La actitud del Gran Mariscal de Ayacucho con respecto a a las naciones nuestroamericanas fue de sumo respeto, destacpo Libnares. Y citó uno de sus escritos a modo de ejemplo:

“Nuestros ejércitos independentistas practicaron el respeto por las naciones y pueblos que liberaban. Preferiría mil muertes antes que por mí se introdujese en América el ominoso derecho del más fuerte; que ningún pueblo americano dé el abominable ejemplo de intervención… jamás se ultraja impunemente a una nación”, citó el profesor Linares.

El texto corresponde a una carta enviada al general peruano Agustín Gamarra, el 10 de mayo de 1828. Y 19 de octubre de 1825 en un brindis con representantes argentinos, expresó: “El ejército unido combatiendo por la libertad, por la justicia de la América en su lucha, y por la causa de la humanidad ha marchado por una carrera de gloria y hoy goza por premio de sus sacrificios, de la más sublime recompensa: la admiración de los hombres, las bendiciones de los pueblos”.

“Una vez concluida militarmente la emancipación del continente americano del colonialismo español, Sucre se plantea, al parecer antes que el mismo Bolívar, liberar Cuba y Puerto Rico, las dos islas que aún estaban sometidas al Imperio Español”, añadió.

Además, recordó, “firme en la defensa militar de la ‘América toda’, dio instrucciones a los Comisionados que asisten al Congreso de Panamá para solicitar la formación de un ejército de 25.000 hombres y de una escuadra federal de 30 buques de guerra con el objetivo primordial de defender cualquier punto débil de los aliados y expedicionar contra los adversarios que no hicieran la paz con los confederados”.

Artìculo: Mercedes Aguilar
Fuente: Correo del Orinoco