Con la llegada de
la Revolución
Bolivariana en Venezuela aprendimos a ver a Simón Bolívar no
como un pensamiento muerto, no como decía Alí Primera para prender velas e
inciensos y mirras los 17 de diciembre o los 24 de julio; sino como un
motivador e inspirador de cambios profundos, afirmó el historiador Alexander
Torres.
Citando al poeta
Andrés Eloy Blanco, hablar de Simón Bolívar en la actualidad es hablar de ese
Bolívar Oceánico; no por su extensión sino por su profundidad y es que a 230
años de la celebración de su natalicio, Latinoamérica y el mundo se llenan de
regocijo y se engrandece sobre sus pensamientos que están vigentes y más vivos
que nunca.
Para el
historiador Alexander Torres a 230 años del nacimiento de Simón Bolívar la
vigencia de su pensamiento está intacta. “La vigencia de Bolívar cada día es
más indiscutible sobre todo en ese horizonte de mutación profunda tanto en
Venezuela como en nuestra América”.
“Yo creo que hay
un resurgir de Bolívar, ese Bolívar que bajó de los altares que bajó del bronce
de las estatuas o de las polillas de los documentos y se consustanció con su
pueblo”, dijo.
Para Torres está
fecha en los actuales momentos fue reivindicada por el Comandante Chávez. “Una
de las cosas más afirmativas de los últimos 15 años se lo debemos a la
pedagogía política del Comandante y es que aprendimos a ver a Simón Bolívar no
como un pensamiento muerto, no como decía Alí Primera para prender velas e
inciensos y mirras los 17 de diciembre o los 24 de julio; sino como un
motivador e inspirador de cambios profundos.
“Ya ese Bolívar
de los altares. Ese Bolívar alejado, edificado, endiosado por la historiografía
temporal por algunos intereses lacayos de la burguesía ha sido cambiado por un
Simón Bolívar más cercano, más popular”, afirmó.
CHÁVEZ
REIVINDICADOR
El 24 de julio de
1783 nació en Caracas Simón Antonio de la Santísima Trinidad
Bolívar y Palacios, quien años más tarde se convertiría en una de las figuras
más significativas de la libertad en América, creador fundamental de la
independencia del proceso republicano a lo Latinoamericano.
Decir Simón
Bolívar es invocar a su reivindicador Hugo Chávez, su nombre representa
inspiración patriótica del más alto rango moral y político.
Manuel Almeida,
historiador comenta que para muchos historiadores tradiciones es una osadía
tratar de trasladar la figura de Simón Bolívar a recientes hechos actuales ya
que según sus opiniones se estaría mancillando la figura como tal.
Sin embargo, al
transpolar los procesos que se vivieron en un época “y los colocamos en el
contexto histórico para entender nuestro presente podemos darle un uso real a
la historia”.
“No hay duda y es
demostrable con hechos que las cosas que se planteó Bolívar en un momento
determinado bajo contexto histórico menos adversos, el presidente Chávez lo
llevó adelante en situación más adversa en situación donde podemos ver y sentir
que existe el imperio más poderoso de la historia de la humanidad asechando;
donde tenemos además desplegada toda su fuerza en torno a la subyugación de los
pueblos latinoamericanos”, dijo.
La figura del
Libertador Simón Bolívar es fundamental según explicó Almeida como eje central
ideológico del proceso revolucionario y como eje fundamental de la lucha que se
plantea Venezuela en estos momentos “como eje fundamental de la imagen de
nuestra dignidad.
“Podemos hablar
de dignidad a partir de nuestra condición de independencia, pero además de
nuestra posibilidad de crear un proceso republicano distinto al sistema
republicano burgues; pero además de permanencia en el tiempo. La figura de
Chávez y Bolívar son dos importantes figuras de nuestro proceso de independencia”,
destacó.
El nacimiento La Unasur , la Celac , Alba hizo énfasis el
historiador son movimientos de integración que en algunas oportunidades el
colectivo cree que son elementos de trabajo “meramente diplomáticos.
Era a lo que nos tenían acostumbrados los diplomáticos del pasado. Estábamos dependientes de organismos internacionales que estaban subyugados a los intereses imperiales”.
Era a lo que nos tenían acostumbrados los diplomáticos del pasado. Estábamos dependientes de organismos internacionales que estaban subyugados a los intereses imperiales”.
La estela dejada
por el paso de Bolívar por Venezuela es sin duda uno de los acontecimientos más
importante en el proceso independentista de nuestra historia. Hoy a 230 años
del natalicio del Libertador su figura se reivindica con el cumplimiento de
parte de legado y es la continuación de la lucha por la independencia
establecido en el primer objetivo estratégico del Plan de la Patria escrito de puño y
letra por el Comandante Eterno Hugo Chávez
HAGAMOS HISTORIA
Simón José
Antonio de la
Santísima Trinidad de Bolívar y Palacios nació el 24 de julio
de 1783 en Caracas, Venezuela y es una de las figuras más relevantes que ha
tenido la historia de América.
Bolívar provenía
de una familia de origen vasco de destacada posición económica y social. Sus
padres fueron el Coronel don Juan Vicente Bolívar y Ponte, y doña Concepción
Palacios Blanco. Tenía tres hermanos mayores, María Antonia, Juana y Juan
Vicente.
Antes de cumplir
tres años, Simón perdió a su padre. La educación de los niños estuvo a cargo de
la madre, mujer de fina sensibilidad y capacidad para administrar los
cuantiosos bienes que poseía la familia. Además de la herencia paterna, Simón
era titular de un rico mayorazgo, instituido para él en 1785 por el Presbítero
Juan Félix Jerez y Aristaguieta.
La vocación de
Bolívar era el ejercicio de las armas. En 1797 ingresó como cadete en el
Batallón de Milicias de Blancos de los Valles de Aragua, del cual había sido
coronel años atrás su propio padre.
En 1799 viajó a
España y completó su formación conociendo las doctrinas de filósofos españoles
que sostenían el principio de la soberanía popular y rechazaban los poderes
absolutos reconocidos al rey.
En España se
sintió fascinado por Napoleón Bonaparte, y alternó en los círculos
intelectuales y políticos, entre ellos con el sabio Alexander Von Humboldt. Durante
un viaje a Roma con Simón Rodríguez, su maestro, Bolívar juró en el Monte Sarco
“Qué no daría descanso ni reposo a su alma hasta romper las cadenas del opresor
español”.
Bolívar participó
en la batalla de Valencia en 1811 y luego organizó la ofensiva contra los
realistas. Luego de algunas victorias liberó Bogotá el 10 de agosto de 1817. Formó
la Gran Colombia
ese mismo años y liberó Caracas en 1820. Luego se dirigió a Quito que fue
liberada en 1822. En 1823 arribó a Lima con plenos poderes y organizó la
ofensiva independentista contra las tropas realistas acantonadas en la sierra. Luego
de las batallas de Junín y Ayacucho, ambas en 1824, consolidó la independencia
del Perú. Regresó a su tierra natal luego de ver fracasado su proyecto de la Confederación de los
Andes.
El 5 de julio de
1827 se embarcó rumbo a Cartagena y el 25 de septiembre de ese mismo año
ocurrió un atentado contra el Libertador. Manuelita Sáenz, su leal
compañera, le salvó la vida.
El Libertador,
cada vez más enfermo, renunció a la Presidencia de Colombia y emprendió viaje hacia
la costa de ese país. En marzo de 1830 entregó el poder a Domingo Caicedo. La
muerte le sorprendió en San Pedro Alejandrino, una hacienda situada en las
cercanías de Santa Marta, el 17 de diciembre de 1830. Sus restos mortales
reposan hoy en el Panteón Nacional de Venezuela. (Tomado de
www.educared.com).
Artículo: YVKE Mundial
Fuente: Correo del Orinoco